
pistas para saber dónde mirar y qué preguntar
Jornada de puertas abiertas
Si estás leyendo esto, probablemente andes buscando un colegio para tu hijo; aunque quizás la palabra “colegio” se te quede corta, en el sentido que, si has llegado a este artículo, probablemente tengas ya una idea más o menos clara de lo que estás buscando: un colegio alternativo, de educación respetuosa, que tienda hacia el desarrollo y crecimiento armónico de los niños; que fomente la autonomía, la responsabilidad y el sentido crítico; con un cuidadoso acompañamiento emocional y fuerte vinculación con la naturaleza, sin pantallas; todo ello en un ambiente preparado y seguro en el que el motor del aprendizaje surge de los intereses propios de cada niño y en el que la figura del adulto acompañante es la de facilitador del aprendizaje, más que de maestro.
Esta pequeña guía orientativa para buscar colegio está escrita para las personas que buscan un colegio que se corresponde con los puntos mencionados. Nos parece importante aclarar este punto, porque hay muchos criterios para seleccionar un colegio y no es que haya algunos mejores o peores que otros; es simplemente una cuestión de prioridades: para algunos, lo más importante puede ser que su hijo saque buenas notas y traiga deberes a casa, un amplio abanico de actividades extraescolares o la cercanía al domicilio. Este artículo no es para estas personas, porque esas no son nuestras prioridades.
Prioridades personales
Esto nos lleva al primer punto de este artículo: ¿cuáles son mis prioridades y qué quiero para mi hijo? Probablemente ya os habréis hecho esta pregunta, pero es interesante volver a ella una y otra vez porque es fácil perder el rumbo con tanta oferta escolar.
De la teoría a la práctica
Quizás tengamos clara la idea de lo que andamos buscando; pero una idea se puede llevar a la práctica de muchas maneras, así que ¿estamos de acuerdo en cómo lleva a la práctica estas ideas el centro que hemos venido a visitar? Actualmente, ¿qué centro que se precie no cuenta, entre sus puntos fuertes, con los conceptos de respeto al niño, educación en valores, atención personalizada o acompañamiento emocional? En este sentido, las jornadas de puertas abiertas suponen una oportunidad interesantísima para saber cómo se concretan esas
ideas, tan abstractas, en acciones del día a día y ver si, a nivel familiar, la manera que tiene el centro de resolverlo en la práctica está en consonancia con vuestros valores familiares: para unos, el acompañamiento emocional puede ser ver una película y escuchar una charla; para otros, puede ser la resolución de los conflictos que surjan en el aula o la utilización de herramientas como la escucha activa o la teatralización.
Ninguna de las opciones es intrínsecamente mejor o peor; todo depende de lo que estemos buscando. Y es ahí donde entran nuestras preguntas para aclarar si, la forma en que esa escuela en concreto resuelve temas tan importantes es la que nosotros queremos para nuestro hijo: ¿Cómo se implementa el trabajo individualizado? ¿Cómo se acompaña emocionalmente a los niños? ¿Cómo se fomenta la cooperación de grupo? ¿Se respetan los diferentes ritmos de aprendizaje? ¿Cómo se concreta el apoyo para las necesidades específicas de los alumnos? Las preguntas pueden ser muchas y dependerán de las inquietudes de cada uno.
ASPECTOS TEÓRICOS Y SU APLICACIÓN
Colegio alternativo
¿Qué es un colegio alternativo? Pues un concepto muy poco concreto. Un cajón desastre, básicamente. Podríamos decir que se trata del antónimo de colegio tradicional. Creo que este concepto sí que está más claro, porque es lo que mejor conocemos todos: un tipo de enseñanza centrada en la figura del maestro al que los alumnos deben atender; él es que quien imparte los contenidos, dictados a su vez por la Administración. Generalmente, es un proceso básicamente memorístico, en el que se hace hincapié en el trabajo en casa y enmascaramiento el que los exámenes son la herramienta de evaluación por excelencia. Todo lo que no sea eso y cada uno con sus peculiaridades, es un colegio alternativo.
Educación respetuosa
¿Qué significa este concepto? o mejor dicho: ¿cómo lo interpretamos cada uno de nosotros? porque la diferencia que puede haber entre las distintas interpretaciones, puede ser abismal; educación respetuosa podría ir, desde la sencilla máxima de “una educación libre de violencia” (ya sea verbal, física o psicológica), hasta la autorregulación radical, en la que el niño hace lo que quiere, cuando quiere. Entre una y otra, hay un mundo de matices y cada uno tiene que ver en qué lugar se siente a gusto.
Nosotros, desde Alavida, entendemos que la educación respetuosa parte del vínculo que crea el adulto con el niño. Y es en el adulto en quien recae la responsabilidad de cuidarlo, siempre y por encima de cualquier otra cosa. Este vínculo incluye, no solo una aceptación total de la individualidad del niño, sino también un profundo conocimiento de él y de la etapa de desarrollo en la que se encuentra para poder acompañarle, lo más ajustadamente posible, en las necesidades e intereses que va manifestando; sin ofrecerle más de lo que puede asimilar, sin pedirle más de lo que puede dar. Eso sí: marcando siempre unos límites claros que le permitan sentirse seguro.
Preguntad por este concepto en el centro que hayáis ido a visitar, así como ejemplos concretos de cómo se aplica en el día a día.
Escuela activa
El embudo se va cerrando: si bien hay cientos de escuelas alternativas y respetuosas en España, muy pocas son lo que llamamos activas -aunque es cierto que muchas pueden tener una participación más activa de los alumnos, no son de pedagogía activa propiamente dicha.
La mayoría de los colegios son directivos (la educación tradicional incluida): el profesor es quien dirige el aprendizaje y este es esencialmente curricular. Los valores están predeterminados y se enseñan de forma explícita; las normas y principios son establecidos (como todo lo demás) por los adultos y los niños tienen la obligación de respetarlos.
Nosotros apostamos por las escuelas activas. En esta propuesta, los contenidos curriculares parten de los intereses del niño y el docente es un facilitador del aprendizaje. En ellas, el desarrollo integral del niño y de sus intereses prima sobre los contenidos curriculares tradicionales; él es el protagonista activo de su educación. Se trabajan en profundidad aspectos como la autonomía y la responsabilidad; se practican la toma de decisiones y la resolución de conflictos; la memorización se convierte en una herramienta intelectual más y la base del aprendizaje son la experimentación del entorno (de ahí que los espacios sean especialmente ricos y variados), el aprendizaje por descubrimiento (frente a las enseñanzas explícitas), la interacción con los iguales y el desarrollo del espíritu crítico. El acompañamiento emocional es nuestra columna vertebral, cohesionadora.
Modelo de convivencia
Esto es algo de lo que no se suele hablar y que tampoco suele estar consignado en ningún sitio; sin embargo, nos parece un punto importante a investigar en las escuelas que visitéis.
A grosso modo, podemos hablar de tres modelos de convivencia. Uno, en el que se recompensa el buen comportamiento y se penalizan las acciones consideradas inadecuadas (modelo de premios y castigos). La motivación es extrínseca porque el niño espera una respuesta exterior a sus acciones.
Otro, es el modelo de refuerzo positivo, que prioriza el reconocimiento de las conductas deseadas a través del elogio, el estímulo y la valoración. Aquí, también, estamos ante una motivación extrínseca. Nosotros tampoco creemos en este modelo, porque consideramos que puede crear en los niños una fuerte dependencia del refuerzo y hacerles perder la motivación por hacer las cosas bien por uno mismo.
Por último, tenemos un modelo de convivencia restaurativa, que pone el foco en el cuidado de las relaciones interpersonales y, que en caso de conflicto o de infracción de una norma, se centra en la reparación del daño y el diálogo, fomentando que los niños asuman la responsabilidad de sus acciones y aprendan a gestionar los problemas de manera respetuosa y constructiva. En este modelo la motivación es intrínseca; el niño es el primero que quiere reparar el daño causado y estar a bien con sus iguales. Es el modelo por el que apostamos nosotros.
Directamente relacionado con el modelo de convivencia, está el modo en que una escuela aborda el error: si este es considerado como un fracaso, a menudo la respuesta es su corrección inmediata o la penalización. Nosotros entendemos el error como un aprendizaje, considerándolo una parte natural del proceso educativo; creemos que fomenta la exploración, la reflexión y la mejora continua, ayudando a los niños a desarrollar la resiliencia y la confianza en sus capacidades.
Acompañamiento de las emociones
El concepto de inteligencia emocional aparece ahora mismo (y desde hace unos años ya) en todas partes como factor fundamental para una vida plena. En efecto ¿de qué nos sirve un alto cociente intelectual, un puestazo, una disciplina sin parangón o ganar dinero a mansalva si no somos capaces de reconocer y gestionar nuestras emociones o saber interpretar las de los demás? Nosotros consideramos que los cimientos de esta inteligencia dependen, fundamentalmente, de un buen acompañamiento emocional en la infancia. Muchos centros destacan en sus proyectos educativos el desarrollo de esta inteligencia emocional pero, lo que recomendamos aquí, es preguntar por el cómo.
Para nosotros, el modelo del acompañamiento emocional idóneo se basa en la aceptación y el reconocimiento de todas las emociones entendiendo que, sentir enfado, tristeza o frustración es natural.
Ayudar al niño a identificar lo que siente y ofrecerle herramientas para gestionarlo, es fundamental. Preguntas del tipo ¿Cómo acompañáis a un niño cuando está enfadado? ¿Qué pasa si un niño no quiere compartir? os pueden ayudar a la hora de discernir el tipo de acompañamiento emocional que promueve el centro. Otros modelos educativos, transmiten la idea de que ciertas emociones no deberían sentirse o expresarse porque no se consideran aceptables socialmente hablando. En estos casos, podríamos hablar de directividad emocional, en el sentido de que hay una clara línea de lo que se puede sentir y de lo que no.
Antes de cerrar este punto, comentar otro de los aspectos clave para conocer el tipo de acompañamiento emocional de un centro escolar: preguntad cómo se desarrolla la resolución de conflictos. En algunas escuelas, el docente es quien juzga y decide, en base a lo que ha ocurrido, qué medidas deben aplicarse en cada caso; en otras, se apuesta por la escucha activa de las emociones de cada una de las partes y los alumnos, acompañados, son quienes buscan las soluciones en sus propios conflictos, fomentando así diálogo, empatía, autonomía y responsabilidad. Desde Alavida, recomendamos este modelo. En otras escuelas, se forman comisiones mixtas entre docentes y alumnos y se trabajan programas específicos de mediación, soluciones que nos parecen interesantes también.
ASPECTOS PRÁCTICOS
Personal de apoyo
Se habla cada vez más de la necesidad de recursos para apoyar al docente frente a las múltiples diversidades funcionales que aparecen en un aula. En este sentido, es importante conocer el profesorado de apoyo disponible: ¿existen docentes adicionales en el aula para atender necesidades específicas? ¿se dispone de especialistas en pedagogía terapéutica o neurodesarrollo? ¿cuál es su enfoque de trabajo? ¿cómo se coordina con los docentes y con las familias? ¿qué disponibilidad tiene? Esto es importante tanto si, como familia, necesitáis de un apoyo adicional, como si no: mientras un docente suplementario puede cubrir las necesidades de atención de algunos niños que lo necesiten, el otro puede centrarse en los que no.
Ratio
Para muchas familias, la ratio en el aula es un aspecto muy relevante. Los modelos tradicionales en los que el docente lidera el aprendizaje de manera estructurada suelen tener ratios más altas; esto no influye tanto aquí como en otros colegios de pedagogías activas, más centradas en los intereses del niño: aquí sí que se necesitan ratios mucho más bajas para poder ofrecer una atención más personalizada así como un acompañamiento más cercano.
En Alavida, consideramos que la ratio ideal en una escuela activa (contando con que los niños con necesidades especiales tienen del apoyo de un terapeuta) es de 1 acompañante por 10 alumnos.
Instalaciones
Las instalaciones nos dan pistas de dónde pone la atención el centro: ¿está realmente pensado para los niños? Al recorrer las instalaciones, fijaos en el diseño de las zonas interiores y las aulas: ¿fomenten la creatividad y la interacción? ¿transmiten una invitación al aprendizaje y al descubrimiento? ¿está el material al alcance de los niños? ¿es rico y variado? Por otro lado, poned atención en las zonas al aire libre y el tipo de juego que puede darse ahí, ya que os permitirá tener una visión más completa del desarrollo del día a día.
Escuela de familias y acompañamiento familiar
La escuela debe reconocer a las familias como base fundamental en la educación de un niño y, por ello mismo, consideramos básico trabajar con ellas con el fin de conseguir una comunicación fluida, bilateral, que fomente el cuidado mutuo. Podéis preguntar cómo incluyen a las familias en la vida escolar; cuál es su forma de participación, si ofrecen reuniones, talleres o eventos para mantener una comunicación abierta; si se acompañan las inquietudes/ preocupaciones/dudas parentales o los conflictos. En este sentido, es interesante preguntar por tutorías y medios para comunicarse con el equipo pedagógico. En Alavida, algunas familias que lo necesitan, son acompañadas semanalmente por personal especializado del equipo.
MÁS ALLÁ DE LAS PUERTAS ABIERTAS
El proceso de búsqueda de un centro escolar para nuestro hijo puede producir mucha ansiedad, y con razón: la escuela es el lugar donde pasará nuestro hijo el mayor número de horas fuera de casa. Por ello, os recomendamos estudiar detenidamente la información recabada en cada uno de los centros visitados y comparar luego las opciones posibles con toda la atención que se merece este delicado asunto, de cara a poder tomar la decisión que más os convenga a nivel familiar. En algunos centros (como es nuestro caso) es posible venir a observar el día a día para hacerse una idea más concreta y precisa que nos ayude para con esta decisión.
Una última recomendación. Creemos que es importante poner el foco en buscar el mejor colegio para nuestros hijos, no el colegio perfecto; sencillamente, porque no existe (por mucho empeño que le pongamos los que nos dedicamos a ello). Además, una familia puede estar más a gusto en un sitio y otra en otro; entonces la pregunta, a la que solo podéis contestar vosotros, sería: ¿dónde podemos estar mejor como familia?

pistas para saber dónde mirar y qué preguntar
Puertas Abiertas
Si estás leyendo esto, probablemente andes buscando un colegio para tu hijo; aunque quizás la palabra “colegio” se te quede corta, en el sentido que, si has llegado a este artículo, probablemente tengas ya una idea más o menos clara de lo que estás buscando: un colegio alternativo, de educación respetuosa, que tienda hacia el desarrollo y crecimiento armónico de los niños; que fomente la autonomía, la responsabilidad y el sentido crítico; con un cuidadoso acompañamiento emocional y fuerte vinculación con la naturaleza, sin pantallas; todo ello en un ambiente preparado y seguro en el que el motor del aprendizaje surge de los intereses propios de cada niño y en el que la figura del adulto acompañante es la de facilitador del aprendizaje, más que de maestro.
Esta pequeña guía orientativa para buscar colegio está escrita para las personas que buscan un colegio que se corresponde con los puntos mencionados. Nos parece importante aclarar este punto, porque hay muchos criterios para seleccionar un colegio y no es que haya algunos mejores o peores que otros; es simplemente una cuestión de prioridades: para algunos, lo más importante puede ser que su hijo saque buenas notas y traiga deberes a casa, un amplio abanico de actividades extraescolares o la cercanía al domicilio. Este artículo no es para estas personas, porque esas no son nuestras prioridades.
Prioridades personales
Esto nos lleva al primer punto de este artículo: ¿cuáles son mis prioridades y qué quiero para mi hijo? Probablemente ya os habréis hecho esta pregunta, pero es interesante volver a ella una y otra vez porque es fácil perder el rumbo con tanta oferta escolar.
De la teoría a la práctica
Quizás tengamos clara la idea de lo que andamos buscando; pero una idea se puede llevar a la práctica de muchas maneras, así que ¿estamos de acuerdo en cómo lleva a la práctica estas ideas el centro que hemos venido a visitar? Actualmente, ¿qué centro que se precie no cuenta, entre sus puntos fuertes, con los conceptos de respeto al niño, educación en valores, atención personalizada o acompañamiento emocional? En este sentido, las jornadas de puertas abiertas suponen una oportunidad interesantísima para saber cómo se concretan esas
ideas, tan abstractas, en acciones del día a día y ver si, a nivel familiar, la manera que tiene el centro de resolverlo en la práctica está en consonancia con vuestros valores familiares: para unos, el acompañamiento emocional puede ser ver una película y escuchar una charla; para otros, puede ser la resolución de los conflictos que surjan en el aula o la utilización de herramientas como la escucha activa o la teatralización.
Ninguna de las opciones es intrínsecamente mejor o peor; todo depende de lo que estemos buscando. Y es ahí donde entran nuestras preguntas para aclarar si, la forma en que esa escuela en concreto resuelve temas tan importantes es la que nosotros queremos para nuestro hijo: ¿Cómo se implementa el trabajo individualizado? ¿Cómo se acompaña emocionalmente a los niños? ¿Cómo se fomenta la cooperación de grupo? ¿Se respetan los diferentes ritmos de aprendizaje? ¿Cómo se concreta el apoyo para las necesidades específicas de los alumnos? Las preguntas pueden ser muchas y dependerán de las inquietudes de cada uno.
ASPECTOS TEÓRICOS Y SU APLICACIÓN
Colegio alternativo
¿Qué es un colegio alternativo? Pues un concepto muy poco concreto. Un cajón desastre, básicamente. Podríamos decir que se trata del antónimo de colegio tradicional. Creo que este concepto sí que está más claro, porque es lo que mejor conocemos todos: un tipo de enseñanza centrada en la figura del maestro al que los alumnos deben atender; él es que quien imparte los contenidos, dictados a su vez por la Administración. Generalmente, es un proceso básicamente memorístico, en el que se hace hincapié en el trabajo en casa y enmascaramiento el que los exámenes son la herramienta de evaluación por excelencia. Todo lo que no sea eso y cada uno con sus peculiaridades, es un colegio alternativo.
Educación respetuosa
¿Qué significa este concepto? o mejor dicho: ¿cómo lo interpretamos cada uno de nosotros? porque la diferencia que puede haber entre las distintas interpretaciones, puede ser abismal; educación respetuosa podría ir, desde la sencilla máxima de “una educación libre de violencia” (ya sea verbal, física o psicológica), hasta la autorregulación radical, en la que el niño hace lo que quiere, cuando quiere. Entre una y otra, hay un mundo de matices y cada uno tiene que ver en qué lugar se siente a gusto.
Nosotros, desde Alavida, entendemos que la educación respetuosa parte del vínculo que crea el adulto con el niño. Y es en el adulto en quien recae la responsabilidad de cuidarlo, siempre y por encima de cualquier otra cosa. Este vínculo incluye, no solo una aceptación total de la individualidad del niño, sino también un profundo conocimiento de él y de la etapa de desarrollo en la que se encuentra para poder acompañarle, lo más ajustadamente posible, en las necesidades e intereses que va manifestando; sin ofrecerle más de lo que puede asimilar, sin pedirle más de lo que puede dar. Eso sí: marcando siempre unos límites claros que le permitan sentirse seguro.
Preguntad por este concepto en el centro que hayáis ido a visitar, así como ejemplos concretos de cómo se aplica en el día a día.
Escuela activa
El embudo se va cerrando: si bien hay cientos de escuelas alternativas y respetuosas en España, muy pocas son lo que llamamos activas -aunque es cierto que muchas pueden tener una participación más activa de los alumnos, no son de pedagogía activa propiamente dicha.
La mayoría de los colegios son directivos (la educación tradicional incluida): el profesor es quien dirige el aprendizaje y este es esencialmente curricular. Los valores están predeterminados y se enseñan de forma explícita; las normas y principios son establecidos (como todo lo demás) por los adultos y los niños tienen la obligación de respetarlos.
Nosotros apostamos por las escuelas activas. En esta propuesta, los contenidos curriculares parten de los intereses del niño y el docente es un facilitador del aprendizaje. En ellas, el desarrollo integral del niño y de sus intereses prima sobre los contenidos curriculares tradicionales; él es el protagonista activo de su educación. Se trabajan en profundidad aspectos como la autonomía y la responsabilidad; se practican la toma de decisiones y la resolución de conflictos; la memorización se convierte en una herramienta intelectual más y la base del aprendizaje son la experimentación del entorno (de ahí que los espacios sean especialmente ricos y variados), el aprendizaje por descubrimiento (frente a las enseñanzas explícitas), la interacción con los iguales y el desarrollo del espíritu crítico. El acompañamiento emocional es nuestra columna vertebral, cohesionadora.
Modelo de convivencia
Esto es algo de lo que no se suele hablar y que tampoco suele estar consignado en ningún sitio; sin embargo, nos parece un punto importante a investigar en las escuelas que visitéis.
A grosso modo, podemos hablar de tres modelos de convivencia. Uno, en el que se recompensa el buen comportamiento y se penalizan las acciones consideradas inadecuadas (modelo de premios y castigos). La motivación es extrínseca porque el niño espera una respuesta exterior a sus acciones.
Otro, es el modelo de refuerzo positivo, que prioriza el reconocimiento de las conductas deseadas a través del elogio, el estímulo y la valoración. Aquí, también, estamos ante una motivación extrínseca. Nosotros tampoco creemos en este modelo, porque consideramos que puede crear en los niños una fuerte dependencia del refuerzo y hacerles perder la motivación por hacer las cosas bien por uno mismo.
Por último, tenemos un modelo de convivencia restaurativa, que pone el foco en el cuidado de las relaciones interpersonales y, que en caso de conflicto o de infracción de una norma, se centra en la reparación del daño y el diálogo, fomentando que los niños asuman la responsabilidad de sus acciones y aprendan a gestionar los problemas de manera respetuosa y constructiva. En este modelo la motivación es intrínseca; el niño es el primero que quiere reparar el daño causado y estar a bien con sus iguales. Es el modelo por el que apostamos nosotros.
Directamente relacionado con el modelo de convivencia, está el modo en que una escuela aborda el error: si este es considerado como un fracaso, a menudo la respuesta es su corrección inmediata o la penalización. Nosotros entendemos el error como un aprendizaje, considerándolo una parte natural del proceso educativo; creemos que fomenta la exploración, la reflexión y la mejora continua, ayudando a los niños a desarrollar la resiliencia y la confianza en sus capacidades.
Acompañamiento de las emociones
El concepto de inteligencia emocional aparece ahora mismo (y desde hace unos años ya) en todas partes como factor fundamental para una vida plena. En efecto ¿de qué nos sirve un alto cociente intelectual, un puestazo, una disciplina sin parangón o ganar dinero a mansalva si no somos capaces de reconocer y gestionar nuestras emociones o saber interpretar las de los demás? Nosotros consideramos que los cimientos de esta inteligencia dependen, fundamentalmente, de un buen acompañamiento emocional en la infancia. Muchos centros destacan en sus proyectos educativos el desarrollo de esta inteligencia emocional pero, lo que recomendamos aquí, es preguntar por el cómo.
Para nosotros, el modelo del acompañamiento emocional idóneo se basa en la aceptación y el reconocimiento de todas las emociones entendiendo que, sentir enfado, tristeza o frustración es natural.
Ayudar al niño a identificar lo que siente y ofrecerle herramientas para gestionarlo, es fundamental. Preguntas del tipo ¿Cómo acompañáis a un niño cuando está enfadado? ¿Qué pasa si un niño no quiere compartir? os pueden ayudar a la hora de discernir el tipo de acompañamiento emocional que promueve el centro. Otros modelos educativos, transmiten la idea de que ciertas emociones no deberían sentirse o expresarse porque no se consideran aceptables socialmente hablando. En estos casos, podríamos hablar de directividad emocional, en el sentido de que hay una clara línea de lo que se puede sentir y de lo que no.
Antes de cerrar este punto, comentar otro de los aspectos clave para conocer el tipo de acompañamiento emocional de un centro escolar: preguntad cómo se desarrolla la resolución de conflictos. En algunas escuelas, el docente es quien juzga y decide, en base a lo que ha ocurrido, qué medidas deben aplicarse en cada caso; en otras, se apuesta por la escucha activa de las emociones de cada una de las partes y los alumnos, acompañados, son quienes buscan las soluciones en sus propios conflictos, fomentando así diálogo, empatía, autonomía y responsabilidad. Desde Alavida, recomendamos este modelo. En otras escuelas, se forman comisiones mixtas entre docentes y alumnos y se trabajan programas específicos de mediación, soluciones que nos parecen interesantes también.
ASPECTOS PRÁCTICOS
Personal de apoyo
Se habla cada vez más de la necesidad de recursos para apoyar al docente frente a las múltiples diversidades funcionales que aparecen en un aula. En este sentido, es importante conocer el profesorado de apoyo disponible: ¿existen docentes adicionales en el aula para atender necesidades específicas? ¿se dispone de especialistas en pedagogía terapéutica o neurodesarrollo? ¿cuál es su enfoque de trabajo? ¿cómo se coordina con los docentes y con las familias? ¿qué disponibilidad tiene? Esto es importante tanto si, como familia, necesitáis de un apoyo adicional, como si no: mientras un docente suplementario puede cubrir las necesidades de atención de algunos niños que lo necesiten, el otro puede centrarse en los que no.
Ratio
Para muchas familias, la ratio en el aula es un aspecto muy relevante. Los modelos tradicionales en los que el docente lidera el aprendizaje de manera estructurada suelen tener ratios más altas; esto no influye tanto aquí como en otros colegios de pedagogías activas, más centradas en los intereses del niño: aquí sí que se necesitan ratios mucho más bajas para poder ofrecer una atención más personalizada así como un acompañamiento más cercano.
En Alavida, consideramos que la ratio ideal en una escuela activa (contando con que los niños con necesidades especiales tienen del apoyo de un terapeuta) es de 1 acompañante por 10 alumnos.
Instalaciones
Las instalaciones nos dan pistas de dónde pone la atención el centro: ¿está realmente pensado para los niños? Al recorrer las instalaciones, fijaos en el diseño de las zonas interiores y las aulas: ¿fomenten la creatividad y la interacción? ¿transmiten una invitación al aprendizaje y al descubrimiento? ¿está el material al alcance de los niños? ¿es rico y variado? Por otro lado, poned atención en las zonas al aire libre y el tipo de juego que puede darse ahí, ya que os permitirá tener una visión más completa del desarrollo del día a día.
Escuela de familias y acompañamiento familiar
La escuela debe reconocer a las familias como base fundamental en la educación de un niño y, por ello mismo, consideramos básico trabajar con ellas con el fin de conseguir una comunicación fluida, bilateral, que fomente el cuidado mutuo. Podéis preguntar cómo incluyen a las familias en la vida escolar; cuál es su forma de participación, si ofrecen reuniones, talleres o eventos para mantener una comunicación abierta; si se acompañan las inquietudes/ preocupaciones/dudas parentales o los conflictos. En este sentido, es interesante preguntar por tutorías y medios para comunicarse con el equipo pedagógico. En Alavida, algunas familias que lo necesitan, son acompañadas semanalmente por personal especializado del equipo.
MÁS ALLÁ DE LAS PUERTAS ABIERTAS
El proceso de búsqueda de un centro escolar para nuestro hijo puede producir mucha ansiedad, y con razón: la escuela es el lugar donde pasará nuestro hijo el mayor número de horas fuera de casa. Por ello, os recomendamos estudiar detenidamente la información recabada en cada uno de los centros visitados y comparar luego las opciones posibles con toda la atención que se merece este delicado asunto, de cara a poder tomar la decisión que más os convenga a nivel familiar. En algunos centros (como es nuestro caso) es posible venir a observar el día a día para hacerse una idea más concreta y precisa que nos ayude para con esta decisión.
Una última recomendación. Creemos que es importante poner el foco en buscar el mejor colegio para nuestros hijos, no el colegio perfecto; sencillamente, porque no existe (por mucho empeño que le pongamos los que nos dedicamos a ello). Además, una familia puede estar más a gusto en un sitio y otra en otro; entonces la pregunta, a la que solo podéis contestar vosotros, sería: ¿dónde podemos estar mejor como familia?